Todas las personas en determinado momento de nuestra vida, hemos experimentado situaciones que conllevan gran tensión, angustia y sufrimiento. Forma parte de la vida, y ninguno de nosotros estamos exentos de vivir un evento adverso a lo que teníamos planeado.
Es así que se define como adversidad a una “situación contraria, desfavorable y difícil de sobrellevar”. En este sentido, podemos interpretarlo como un obstáculo, pero también como una oportunidad para avanzar.
Es por ello que, una crisis supone activar estrategias y desarrollar habilidades con el fin de adaptarnos a la situación, y es así como surge el aprendizaje, cuando elegimos sobreponernos a la adversidad y transformar el sufrimiento en una enseñanza de vida.
Para ello algunos aspectos que es importante, tomemos en cuenta:
Aceptar la realidad: No podemos cambiar lo que estamos viviendo, pero podemos elegir verlo de una forma positiva o negativa, y entenderlo como algo temporal o permanente.
Reafirmar nuestras convicciones: En ocasiones, las adversidades ponen a prueba nuestras creencias, en estos momentos es en donde debemos darles el significado que de sentido a nuestra vida. Establecer metas que estén acordes a lo que pensamos y creemos.
Autoeficacia:
Debemos confiar en nuestras capacidades y recursos internos para afrontar las situaciones difíciles.
Creatividad: Buscar la manera de adaptarnos a cambios significativos y encontrar nuevas alternativas de solución.
Convertir el problema en una oportunidad de aprendizaje. Enfocarnos en lo que, si podemos hacer, permitirá mantener la esperanza y tener una visión positiva del futuro.
Lo cierto es que a lo largo de nuestra vida van a surgir acontecimientos que pueden resultar difíciles, y que suponen un gran sufrimiento, sin embargo, la adversidad nos puede enseñar aspectos de nosotros mismos, nos enseña a valorar cosas que antes no valorábamos, y sobre todo nos deja una lección de vida que nos hará crecer.
