¿Por qué hablar de psicología en el tratamiento del cáncer?

Cuando una persona se enfrenta a la sospecha o evidencia concreta de la existencia de una enfermedad neoplásica sufre un gran impacto.  El cáncer irrumpe en todos los aspectos de la vida de los pacientes y sus familias, provoca miedo e incertidumbre y crea importantes necesidades para todos

Aunque hoy en día el cáncer es más tratable y el número de sobrevivientes ha incrementado, existe un intenso temor que puede acompañar a su diagnóstico: miedo a la muerte, al dolor, a la perdida de la independencia o del atractivo, y al sufrimiento asociado con el progreso de la enfermedad

Hablamos de que las personas como individuos se sienten en transformación, de manera pública se convierten en “pacientes” que deben someterse al sistema de salud, generando cambios a nivel personal, familiar, escolar, laboral, social y espiritual.

Tanto ellos, como sus familiares se ven afectados por acontecimientos estresantes, los cuales están presentes desde la intervención preventiva (ej. consejo genético), diagnóstico, tratamiento, las revisiones periódicas y las posibles recidivas.

Dichas situaciones pueden ocasionar gran malestar emocional, que en ocasiones se vuelve tan significativo como la enfermedad en sí misma. Por este motivo es necesario que exista una atención encaminada a ello.

Es así que el objetivo de la psicología está orientado a promover estrategias y métodos de afrontamiento para mejorar la calidad de vida del paciente y su familia; ofreciendo soporte y ayudando a manejar los cambios que se generan a lo largo de la enfermedad.

En este sentido, se busca que el paciente tenga un rol activo, pues antes de ser enfermo, es una persona que piensa,  siente y puede participar en la toma de decisiones sobre su tratamiento.

Por lo cual, la adaptación al cáncer no es un evento aislado y único, sino más bien una serie de respuestas constantes que permiten a la persona ir cumpliendo con las diversas tareas asociadas a la vida con cáncer. 

La adaptación exitosa  ocurre en las personas que son capaces de reducir los conflictos en sus distintas áreas de funcionamiento;  regulando el malestar emocional y manteniéndose implicados en los aspectos significativos de su vida.

 

Es así como la psicología funge como una herramienta que aumenta la capacidad de adaptación a la realidad que supone la enfermedad, favoreciendo la calidad de vida, la salud mental y el bienestar emocional.

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